Tesorillo camino del contenedor.

Cuando vi a mi vecina resuelta a dejar tal preciosidad en el contenedor de basura de la esquina no pude menos que darle el alto! Un palanganero antiguo, pintado de azul marino y blanco, por algún capricho de su dueña, estaba a punto de convertirse en un desecho y yo no lo podia permitir. Me lo dió de buena gana y como devolverlo a su madera natural hubiera resultado muy complicado (el azul marino no fué el único capricho), decidí darle un buén lavado y pintarlo de verde claro.Después le pinté estrategicamente unas hojas de senecio en flor y lo envejecí con una pátina suave con base amarilla para que el verde final tirara más hacia verde manzana.
Localicé las correspondientes piezas de cerámica para el palanganero y la base y le voilà, el resultado gustó tanto que hasta mi vecina me confesó tendria que haberselo pensado mejor antes de deshacerse de él.






Esta es la cama que se ve reflejada en el espejo, dos almohadones con tulipanes y un cojin caracol.